El amor que yo te tengo
es el de Edipo a su madre,
el de Dalila a Sansón,
el de David a Goliat.

El cariño que en tí siento
es el de Elektra a su padre,
el de Hamlet a su hermana,
de Borgia a la humanidad.

La pasión que me despiertas
cual Hitler a los judíos,
Musolini a las masas,
no, no la puedo evitar.

Más si acaso no te alertas
no te vayas a quejar,
que en cualquiera noche incierta,
que en cualquiera noche incierta...

Yo te vaya a destripar.

El amor que yo te tengo
es el de Reagan a Castro,
el de Somoza a Sandino,
de Margarita a Gartieri.

El cariño que en tí siento
es el de un perro hacia un gato,
el de una araña a una mosca,
el de Judas a Jesús.

La pasión que me despiertas
es del ladrón a las puertas,
es del Señor al Demonio,
no, no la puedo evitar.

Más si acaso no te alertas
no te vayas a quejar,
que en cualquiera noche incierta,
que en cualquiera noche incierta...

Yo te vaya a destripar.